Nunca he celebrado Acción de Gracias. En mi ciudad de la provincia veracruzana no se celebran estos días festivos importados, como Halloween o Thanksgiving: no se ven niños pidiendo dulces en las calles a finales de octubre, y los pavos viven felices… hasta navidad.
Sin embargo, creo que es una linda tradición norteamericana (y con eso incluyo a los del norte y a los de arribita) que debería ser aplicada no sólo un día, sino todos.
Este año creo que debo dar gracias. Por un millón de cosas. Pero hay algunas que considero muy importantes para este día.
1. En este punto debería agrupar a mi familia, a mis amigos DE VERDAD, y a esas personas que han hecho de mi vida lo que es actualmente. Quienes me han dado sonrisas, alegrías y felicidad; quienes han llorado conmigo y, algunas veces, hasta por mí; y quienes me han enseñado todo lo que sé. Gracias.
2. Por estar viva, completa, defectuosa pero en pie, con mi familia unida, con educación superior (por fin terminé, y en un mes tendré mi título en las manos), con ropa, con techo, con alimento en el refrigerador, ideas en la cabeza y pasión en el alma. Por dejarme ver el cielo azul, el mar que parece infinito, el suelo bajo mis pies, el viento alborotándome el cabello, el agua entre mis dedos. ¡No hay nada más increíble que estar vivo!
3. Y, por último, a las personas que han pasado por mi vida y la han abandonado, por voluntad propia o por razones distintas, y que han dejado una marca en mi corazón. Nunca olvidaré felicidades, alegrías, momentos de paz, tristezas, lágrimas, dolor, heridas, y sentimientos, muchos sentimientos.
Muchas gracias también a ustedes, que por error o curiosidad, puedan leer hasta el final esta entrada tan agradecida!! Valen mil =P