2/9/10

Tengo una esperanza muerta en el patio.

Tengo una esperanza muerta en el patio.
Nunca me había pasado. Mis esperanzas siempre se mantienen vivas, hasta que se escapan por una ventana para no volver jamás. Mis esperanzas nunca se mueren.
Tengo dos teorías. La primera dice que la maté por accidente, que me olvidé de ella (sí, como si eso pasara en verdad), que no la alimenté lo suficiente. Pero mis esperanzas no se quedan sin comer, porque se alimentan hasta de las cosas más pequeñas, las que otros ni siquiera ven. A veces, hasta de cosas que ni siquiera existen, ahí van mis esperanzas y hacen de cuenta que sí, y siguen creciendo sanas, más fuertes que nunca, a pesar de todo. Además, esta esperanza no murió de hambre, porque era más grande que todas las demás esperanzas que he tenido.
Lo que me lleva a mi segunda teoría. Alguien envenenó a mi esperanza. Nada se muere de un día para otro sin razón, por lo que creo que alguien tuvo que haberla asesinado. Con palabras de odio, con imaginario alimento envenenado, o simplemente con el deseo de verla muerta, pues mis esperanzas también dependen de los demás. Tal vez a alguien le pareció molesta mi esperanza, a pesar de que no le hacía daño a nadie además de mí.
Mi esperanza murió, pues. Ahora tengo que buscarme otra que sea más resistente, y que se alimente de comida de verdad.

2 comentarios:

  1. me encanto este post =)

    a lo mejor era un tema serio pero sinceramente me gusto la forma en q lo cuentas

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  2. Es un tema nada serio, supongo.
    Otro de esos dramas del corazón que me pasan cada tercer día =)

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