Sólo un sueño más. Un sueño increíble que terminó perdido en mi memoria cuando el despertador sonó de repente, terminando con la noche y abriendo el día.
Siempre terminan mis sueños así, interrumpidos, interminables, como si la cinta del proyector se hubiera atorado y me hubiera dejado la película incompleta. Odio esos sueños en los que desearía volver a dormir y continuarlo donde lo dejé, disfrutar del final de una película creada por el misterio de mi mente.
Soñé con él, como siempre. Como esos días en los que nada sale bien y verlo en mis sueños es lo único que puedo sentir correcto, que es lo único que vale la pena de toda la jornada. Soñé con su rostro, con su voz, con los ojos que jamás entendí cuando tenía cerca, y que menos entiendo cuando lo veo en esos sueños. Con sus manos que nunca pude tocar, y con el olor que dejó una vez en mi suéter, cuando me sentía abrazada por él.
Amo esos sueños, no por lo que pueda pasar, sino porque son increíblemente mejores que la realidad. Porque en la realidad nunca esperaría una sonrisa de él, y ya ni siquiera un saludo normal, de esos que das cuando llegas a tu casa o a la oficina para anunciar que ya llegaste. Ya no espero nada de él cuando aparece, ni espero noticias suyas cuando se va.
Sólo espero esas citas eternas que tenemos en mis sueños, exclusivamente en los míos, en los que, a pesar de que no diga nada, o que no se mueva, está ahí, conmigo, y puedo tenerlo para mí como nunca pasará en realidad.
Creo que estoy enamorada del chico que aparece en mis sueños, y ya no del chavo que, a veces, aparece en mi realidad.
Bendito cerebro que me juegas estas trampas tan viles.
goao!!!
ResponderBorrar"disfrutar del final de una película creada por el misterio de mi mente."
"Amo esos sueños, no por lo que pueda pasar, sino porque son increíblemente mejores que la realidad."
que buenas frases!!! :)