Uno corto esta vez.
El "efecto del fin del mundo". Lo estoy reciclando de un esbozo de discurso (Comunicación Oral) que encontré en una libreta vieja, por lo que vengo pensando en esto desde hace poco mas de 2 años. Llegué a escribir solo un miserable párrafo, pero resume a grandes rasgos la definición de este efecto.
¿Qué harías si tuvieras sólo 12 horas de vida? ¿O si el mundo se acabara mañana? Adivinaré: gastarte todo el saldo del celular en llamar a todo el mundo (el conocido por ti, o todo TU mundo) para decirles cuanto los quieres, extrañas, adoras, o lamentas haberlos herido alguna vez. ¿Lo harías?
Quiero complementarlo un poco. Esperar al último minuto funciona en las películas: le añade un toque de dramatismo que nos lleva a las lágrimas. Y casi siempre hay un final feliz. Pero en la realidad, esperar al último minuto probablemente te hará sufrir, y a ellos (familia, amigos, quien sea), pues tendrán menos de 60 segundos para responder tus sentimientos y valorarte como lo mereces.
Caerse duele. Volverse a subir a la bicicleta duele más. Pero el miedo de no saber si podrás hacerlo, si te caerás o no, la incertidumbre de que hubiera pasado si te hubieras montado a la bici o caballo o lo que sea de nuevo, eso es como una estaca que te acompañará toda la vida.
Caete. Ensuciate, llora, lastimate, y date la oportunidad de volverlo a intentar hasta que tu equilibrio y tu tecnica sea tan perfecta que todos te miren.
Mis ojos se cierran y el día ha sido demasiado largo. Piénsalo, tal vez te des cuenta de que es posible que ni siquiera caigas...
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