"You know how it is when you really care about someone. I mean, you call him all day long just cause you wanna know how their day is going you know, and what are they thinking about, and if they're thinking about you, and you spend all day trying to find the perfect outfit and even change your hairstile just to make him take a second look... but they never notes it..." (something like that, I'm not pretty sure, in the movie White Chicks).
Ok, siguiendo con la línea del post anterior... ¿Qué pasa, eh?
Alguna vez platicaba con "alguien" sobre por qué las mujeres tardamos horas arreglándonos para salir a cualquier lado. Yo no puedo generalizar y decir lo que todas hacemos, pero sé que, al menos conmigo, aplica. Si no estoy despiertas dos horas antes de mi primer clase, a la hora que sea, es casi seguro que no llegaré a tiempo. O, si vamos más allá, que terminaré yendo a la clase en casi pijama. Pero ese es mi caso, y no sé en realidad qué pasa con los otros millones de chicas en el mundo que tardan probablemente más tiempo que yo.
Pero vamos, la razón es válida. O según yo lo es: nunca es por nosotras mismas. El trauma de encontrar el atuendo correcto antes de salir, y la pasarela, nunca es para nosotras nada más. Siempre es por alguien más. (De nuevo, estoy generalizando, pero tal vez alguien más se sienta identificada... no lo sé, no podría saberlo. Las personas que regresan a leer mi blog son, por lo general, hombres... y realmente es a ellos a quienes va dirigido este post).
Bueno, volviendo a lo que decía, la pasarela y eso... al final, es trabajo perdido. Si nos vestimos para que las amigas nos vean y nos digan cosas lindas que nos levanten el ánimo, entonces todo tuvo un final feliz. Pero si nos vestimos para que, digamos, nuestro "target" principal nos note... seguramente volveremos a casa derrotadas.
Y no es que tenga algo en contra de eso, en realidad. O tal vez un poquito, pero no me tomen a mal: sé que los hombres son simples y tienen otras cosas en la cabeza, en particular que se les hace tarde para lo-que-sea-que-hayan-planeado. Digamos, por ejemplo, que vamos a un concierto o algo así. Si son como yo, terminarán haciendo todo a último minuto, yendo al dichoso concierto tres minutos antes de que empiece, quedando atrapados en el tráfico y llegando después de que ya pasaron las canciones por las que compraron los boletos en primer lugar. Y viendolo de esa forma, les concedo toda la razón.
Pero por ejemplo, luego de pasar todo el día buscando el vestido correcto, y alaciar-rizar-peinar-cortar-whatever el cabello de la forma que a él (ÉL) en particular le gusta, y ponerse los tacones asesinos de tobillos, y el perfume que él eligió... lo menos que pueden hacer es decir algo lindo antes de poner la cara de puchero, ¿no? No es demasiado pedir, ¿verdad?
Bueno, mientras son peras o son manzanas, mi mundito color de rosa se tiñó de algún gris oscuro o algo así como por dos segundos... (no pienso decir por qué, creo que debería ser bastante obvio...) pero ahora vuelve a ser rosa. Y ahora, a clases de nuevo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario